miércoles, 19 de mayo de 2010

El toro bien hecho también puede tener trapío

Decimo cuarta de abono
Madrid, 19 de mayo de 2010
Otro lleno y otra tarde primaveral. La única pega, el aire, que molestó en muchos momentos. Daba gusto ver el aspecto de la plaza. Pero, sobre todo, daba gusto asistir a ese desfile de toros bien hechos, armoniosos, que formaban el lote enviado por Núñez del Cuvillo. Todos encastados, prontos, con la excepción del quinto, que resultó muy blando. El único que desentonó fue justamente el que no estaba bien hecho, el sexto, muy acaballado y fuera de tipo, aunque por delante fuera el más cómodo, que más que encastado tiró a violento. De los “nuñez del cuvillo”, resultaron buenos para el torero los tres primeros, todos ellos para cortarle las orejas si se tenía la decisión necesaria para ponerse allí. más problemático el cuarto y con mucha clase pero apocada por sus débiles arrancadas el quinto y sencillamente malo el que cerró plaza.
En sustitución de Manzanares, abría cartel Curro Díaz –de grosella y oro--, que no terminó de aprovechar la oportunidad que le brindaba su primer enemigo: ni acertó a cogerle la distancia, ni se consiguió centrar. Se mostró animoso en el incómodo cuarto, que acabó por darle una cornada en la mano izquierda.
Se puede confundir Miguel Ángel Perera –-de canela y oro-- si cree que ha empezado a resolver su papeleta por la oreja que le concedieron en su primero. A ese toro había que haberle cortado las dos; el propio torero lo habría hecho hace dos años. Estuvo, eso sí, entregado, tratando de hacer las cosas bien, pero ya a mitad de faena la cosa decreció mucho.  Con su segundo se puso literalmente hecho un pelmazo. Es verdad que el toro tenía una clase bárbara, pero su acusada falta de fuerzas deslucía todos los intentos. Contundente con la espada.
A Alejandro Talavante –-de azul marino y oro— parece que le ha venido bien el cambio de apoderado. Se le vio mucho más recuperado tras la desafortunada campaña de 2009. Si no es por la espada, le habría cortado una oreja a su primero, al que toreó más vibrante que profundo, pero siempre estuvo muy firme. El que cerraba plaza no dio más opción.
Por imposición inicial de Manzanares, para no abrir plaza, por delante actuó el rejoneador Joao Moura hijo. Se mostró animoso y consiguió que el público estuviera 20 minutos más de la cuenta sentado en la piedra.

Nota al margen:
Para la corrida del  próximo viernes la empresa ha decidido que la baja obligada de José Mª Manzanares sea ocupada por El Cid, que hará así su tercer paseíllo en la feria. Me alegraré muy mucho que el  torero de Salteras aproveche la oportunidad para volver a coger el  tren del que lo bajaron las cornadas. Sería bueno para todos.
Pero eso no quita que me pregunte si no había en todo el escalafón ninguna novedad de interés para la afición para que aprovechara  esa oportunidad. A vuela pluma se me ocurre, por ejemplo,  el nombre de Oliva Soto, que en Sevilla demostró que quiere ser torero y tiene un corte muy especial.

© Antonio Petit Caro

Parte médico de Curro Díaz: "Herida por asta de toro en región dorsal entre primer y segundo dedo mano izquierda, probable lesión tendinosa. Pronóstico reservado". 

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