Decimoséptima de feria
Sevilla, 25 de abril de 2010
La tradicional matinal de rejones, en el último día de la feria, ha venido a confirmar el momento de madurez de Leonardo Hernández, que una cuadra muy a punto ha podido desarrollar momentos brillantes en la lidia del sexto, del que sería premiado con dos orejas.
La Maestranza registró tres cuartos de entrada en mañana calurosa, en la que se lidió una corrida de Murube, de presencia desigual, pero casi todos con acusada mansedumbre; de esta mala tónica se libraron en parte quinto y sexto, los más lucidos del encierro. Y otra vez habrá que preguntarse si no ha llegado el momento de abrir el abanico de ganaderías, para romper el monocultivo del encaste ”murube”, que parece en vías de agotamiento.
Técnicamente impecable, templando mucho en la lidia, el mal uso del rejón de muerte privó a Antonio Domecq de un premio muy merecido, en la que ha sido la mejor de sus actuaciones en los últimos años en esta matinal.
Se peleó bien con un manso de tomo y lomo el portugués Rui Fernández, exponiendo siempre ante un toro muy aquerenciado en las tablas, en las que tuvo que desarrollar toda su faena.
En su línea personal, Ginés Cartagena sipo compaginar sus espectacularidades con el temple, en una faena premiada con una oreja.
Cumplió sobriamente Sergio Galán, en tanto Joao Moura hijo --que sustituía al lesionado Álvaro Montes— tuvo momentos muy lucidos, en especial por su forma de templar las embestidas, aunque luego resultara más irregular a la hora de clavar.
©Antonio Petit Caro
©Antonio Petit Caro
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