13ª-15ª de feria
Sevilla, 21-23 de abril de 2010
Entre detractores y taurinos poco responsables, no está la Fiesta hoy para apóstoles de la catástrofe. Ya tenemos demasiados problemas como para que resulte indiferente que en una de las dos ferias fundamentales de la temporada se nos junten tres tardes espantosas, para desesperación de quienes aman lo que ocurre en un ruedo.
Y sin embargo algo de eso ha ocurrido en los tres últimos días de la feria abrileña. Por un causa o por otra, se nos han ido no ya en blanco, sino caminando hacia el vacío.
Puede tener alguna explicación lo ocurrido el miércoles, día 21: la corrida de Puerto de San Lorenzo, con el peligroso remiendo de un sobrero de Toros de la Plata –-que resultó de hojalata— pusieron las cosas tan cuesta arriba que hasta el propio Enrique Ponce pasó muchas fatiguitas, ahora que anda conmemorando sus 20 años de alternativa. Ya era difícil que esto pudiera ocurrir, pero pasó. ¿Un aviso al torero o un simple incidente en el camino? Ya veremos, pero fue duro comprobar lo que ocurrió. Sobre todo por respeto a la limpia trayectoria del valenciano.
Pero menos explicación cabe buscar a lo ocurrido en el jueves y el viernes, con los toros de Alcurrucen y Fuente Ymbro, respectivamente. Tanto en uno como en otro festejo hubo material potable para que las cosas hubieran discurrido de otra manera.
Lo cierto es que estos tres días de abril han puesto las cosas claras. Y así, se confirmó que El Cid necesita un respiro, para volver a su verdadero ser. Se puso de manifiesto que Talavante sigue con sus altibajos del pasado año. Quedó claro que a Curro Díaz y a Matías Tejela les cuesta un mundo despegar, por más oportunidades que se les han ido acumulando. Llevado con más tiento, al menos Rubén Pinar no se cerró puertas, que tal como han discurrido las cosas ya es bastante.
Pero lo más preocupante ha sido comprobar cómo a Miguel Ángel Perera se la ha ido en blanco –mejor habría que decir, en gris bastante oscurito— la feria sevillana, en la que tantas reivindicaciones había planteado, y Daniel Luque confirma que sufre los efectos de las reiteradas equivocaciones de sus mentores: la han metido una presión que no le resulta soportable, de forma que después del trastazo de los seis toros de Madrid, se topa con tres corridas en la Maestranza y no se siente con ánimo o con preparación para dar siquiera una vuelta al ruedo. Feo se les pone el año, sobre todo al segundo, que ahora tendrán que resolver en sus compromisos de Madrid.
Total, que entre una cosa y otra, han tirado las tres cartas, hasta dejar en solitario a El Juli y a José María Manzanares como los únicos que no salen damnificados del ruedo maestrante.©Antonio Petit Caro
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