Ni una vuelta al ruedo, pero los tres novilleros interesaron
5 de julio de 2010
Primera de feria
Con una excelente entrada, los sanfermines se abrieron hoy con la ya tradicional novillada, en la que –hay que decirlo pronto— se echaron en falta las reses de Miranda de Pericalbo, que tantos triunfos habían proporcionado en años anteriores. En su lugar se lidió un encierro del Marqués de Domecq, en general guapo de estampa, pero de fuerzas muy medidas y que no dio facilidades. Y fue una pena que el ganado no permitiera mayores alegrías, porque los tres novilleros dieron la cara en todo momento, como si estuviéramos en otros tiempos.
Christian Escribano (de blanco y oro) pudo cortarle la oreja al primero de la tarde, si no hubiera sido por el mal manejo de la espada. Pero tanto en éste como en el complicado 4º no se le puede negar el tesón y la disposición que puso en toda su labor. Como además se le ve que progresa en el oficio, deben esperarse mejores noticias de este novillero.
Se nota claramente que Juan del Álamo (de blanco y azabache) es en este momento el novillero más placeado del escalafón. Anda suelto con los engaños, sabe buscarle las cosquillas a su enemigo y va sobrado de técnica, salvo con la espada, que le cerró un triunfo más ruidoso. Su riesgo ahora es encasillarse en esa cómoda posición que ocupa. Pro si tiene ambición, va a funcionar con holgura. Demostró un valor sereno, pero con un punto de arrebatamiento, con el sobrero que hizo quinto, que tenía su guasa.
Sorprendió el mexicano Diego Silveti (de verde esperanza y oro) por la templanza y el gusto con la que maneja las telas taurinas. Imposible su primero por invalidez manifiesta, con el que cerró plaza dejó detalles que a cualquier aficionado le llaman la atención. De hecho, sin haber tenido opción al triunfo, abrió una puerta de esperanza y aire nuevo. Un torero a seguir. Y si los empresarios fueron un poquito menos obtusos, a cuidar.
© Antonio Petit Caro
No hay comentarios:
Publicar un comentario